

El
Tour de Francia es LA CARRERA por etapas. Esto lo sabemos todos los aficionados al ciclismo por el espectáculo que vemos en la tele. Pero detrás hay mucho más. Desde el día previo en el que mucha gente se da cita para reservar un buen sitio en el que dormir a pie de carretera para al día siguiente poder ver en primera fila a sus ídolos. Yo recomendaría a cualquier persona que se pasara a ver una etapa, en especial si es de montaña, porque seguro que se lo iba a pasar bien sea aficionada o no. Y es que hay mucho más que ver y sobre todo vivir. Durante el mismo día de la carrera y desde horas tempranas ya hay gente subiendo en bici al puerto de turno. Es increíble poder ver mientras subes cómo desde más de 5 horas antes de que pasen los ciclistas ya hay gente divirtiéndose animando. Por otro lado está la caravana del Tour. Se trata de una serie de coches tuneados y carrozas con las marcas que se publicitan en la carrera. Pasan tirando regalos a los que se dan cita haciendo que las últimas dos horas antes del paso de los ciclistas sean mucho más amenas. Digo dos horas porque pasan una hora antes aproximadamente de que lleguen los primeros corredores pero es que lo hace otra antes porque es el tiempo que necesita más o menos para hacer su paso. Por todo eso y por ser una oportunidad para hacer una escapada en familia y/o con amigos Vive le Tour!

Esto es lo que no se ve del Tour:

Mi padre y yo en el Col d'Aubisuqe.

La gente va en todo tipo de bicis con todo tipo de artilugios.

Lo que podéis ver al fondo es un coche de la fundación
Livestrong con un remolque. Este lleva una especie de impresora gigante que iba pintando en la carretera toda clase de mensajes de esperanza y animo tanto para los corredores pero sobre todo para los enfermos y afectados por el cancer. A mi personalmente me resultó al principio curioso, pero al final muy emotivo, ir leyendo los mensajes que imagino gente anónima enviaría a la fundación para ser escritos en las carreteras de Francia.
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