Recordando viejas sensaciones.

Este fin de semana ha sido bastante bueno en cuanto a los entrenamientos se refiere. Es muy importante ser positivo en esta vida y tengo que estar contento por haber salido ileso de un toque con un coche en una rotonda. Sin entrar en detalles, estoy contento porque no me hice nada. Aitor me suele llamar raspasuelos, la verdad es que hacía tiempo que no me caía. Eso me pasaba más en MTB. Incluso Albertito, al que le envío ánimos, también piensa que tuvo suerte después de caerse a 50 km/h por un botellín suelto en la carretera. Al final se conforma con contar las tropecientas vueltas de campana y sentir dolores en todo el cuerpo sin haberse roto nada. Me quedo con lo positivo que supuso recordar otro tipo de sensaciones como las del domingo. Ciclar por recorridos algo olvidados como los de Durangaldea y ver las rocas de Anboto o volver a contemplar las playas de Laida y Laga hace que este deporte merezca la pena pese a sus riesgos.

Vista de Anboto.

Vista de Urdaibai.

Lo peor vino ayer cuando tras trotar y sin previo aviso sintiera un dolor en el gemelo que me hizo parar. Ahora estoy cojo y veremos cómo evoluciona. Una vez que tenía cogido un punto de forma muy bueno para empezar a hacer alguna carrera tipo test-entrenamiento viene este contratiempo. Pues nada, como dice mi blog, "ante todo, mucha calma". Esperemos que en unos días-semanas estemos dando guerra otra vez.

Para acabar con una buena noticia celebro la victoria de Eneko en Abu Dhabi y el 3er. puesto de Virginia. Primera prueba importante del año y primera chapa para el zurrón. Zorionak!